La pedagogía Montessori, con más de un siglo de antigüedad y un legado de más de 20.000 escuelas en todo el mundo, es a menudo malinterpretada debido a una serie de mitos que nublan su verdadera esencia. Muchas personas creen que las escuelas Montessori carecen de disciplina y que los niños Montessori no están bien preparados para el mundo real. Sin embargo, estos mitos son totalmente infundados. Este artículo desmantela estas creencias para permitir a las familias tomar una decisión informada sobre si este enfoque educativo es el adecuado para sus hijos.
Mito 1: En Montessori, los niños hacen lo que quieren sin reglas ni disciplina.
Contrario a la creencia popular, las aulas Montessori están regidas por reglas y disciplina. Los niños gozan de la libertad de elegir y tomar decisiones dentro de un marco preestablecido y un entorno preparado. La autodisciplina es un componente esencial en la metodología Montessori, formando estudiantes con sólidas habilidades académicas y sociales. Como dijo la Dra. Montessori, «un niño quiere todo lo que hace, pero no hace todo lo que quiere».
Mito 2: Los niños Montessori están peor preparados y fracasan al dejar el sistema.
Lejos de la realidad, Contrario a este mito, los alumnos Montessori suelen destacar por su alta autonomía, autoexigencia y disciplina, atributos que facilitan su adaptación exitosa a diversos entornos. Personalidades influyentes y exitosas como los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, así como el laureado Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, son ejemplos de los frutos de la metodología Montessori. García Márquez incluso afirmó: “No creo que haya método mejor que el montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y para despertarles la curiosidad por los secretos de la vida”.
Además, los estudios indican que los niños Montessori suelen sobresalir en áreas como las matemáticas, la lectura, el desarrollo social y la función ejecutiva, desacreditando la idea de que están mal preparados o que fracasan al cambiar de sistema.
Por último, Jeff Bezos, exestudiante Montessori y fundador de Amazon, está promoviendo la efectividad del método en su fundación Bezos Academy, una red de preescolares Montessori que tiene como objetivo “fomentar el potencial en cada niño para que se convierta en un líder creativo, pensador original y aprendiz de por vida al aumentar el acceso a la educación preescolar en comunidades con recursos limitados”.
Mito 3: La educación Montessori no es equilibrada y solo favorece a ciertos niños.
El enfoque Montessori ofrece una educación equilibrada y adaptable, centrada en los ritmos y periodos sensibles de aprendizaje individuales de cada niño. Desacredita la idea de que solo beneficia a ciertos perfiles de niños, ya sean «inteligentes» o con capacidades especiales. La metodología Montessori proporciona un entorno que permite a todos los niños crecer y aprender a su propio ritmo, impulsando sus fortalezas y brindando apoyo en sus áreas de desarrollo.
Mito 4: Montessori desalienta a los niños a trabajar juntos.
Contrariamente a este mito, la metodología Montessori promueve tanto la colaboración y el trabajo en equipo como el trabajo individual. En las aulas Montessori, los niños tienen la opción de trabajar solos o en grupos, siempre y cuando no interrumpan a los demás. Siguiendo las fases naturales de desarrollo, a medida que los niños crecen, se les anima a colaborar en proyectos de equipo. A través de esta interacción, desarrollan habilidades sociales valiosas, como la comunicación, el respeto mutuo y la resolución de conflictos. Este enfoque desafía la noción de que Montessori desalienta la colaboración, resaltando en cambio cómo la metodología fomenta habilidades de trabajo en equipo y liderazgo.
Mito 5: Montessori está desactualizado y todas las escuelas Montessori son iguales.
Aunque el método Montessori se desarrolló hace más de 100 años, su relevancia y efectividad siguen vigentes hoy en día, respaldadas por la investigación moderna. Estudios recientes han demostrado que los niños que asistieron a programas Montessori superaron a sus pares de escuelas tradicionales tanto en resultados académicos como en habilidades creativas en todas las edades (Denervaud et al., 2019).
Por otro lado, no todas las escuelas Montessori son iguales, esto sucede porque no hay un solo organismo rector para determinar si una escuela puede llamarse Montessori. Los niños que asisten a programas Montessori de alta fidelidad mostraron ganancias significativas en función ejecutiva, lectura, matemáticas, vocabulario y resolución de problemas sociales en comparación con los niños que asistieron a programas Montessori de baja fidelidad (Lillard, 2012). Por lo tanto, es importante asegurarse de que los maestros estén capacitados en instituciones certificadas para garantizar que la escuela sea auténticamente Montessori y que se esté proporcionando la educación adecuada para el desarrollo integral del niño.
Mito 6: Montessori no favorece la creatividad.
En Montessori, se fomenta el desarrollo de la creatividad y la imaginación para que los niños puedan abstraer ideas sobre el mundo que les rodea. Durante los primeros años de vida, se crea la estructura del cerebro de los niños, y Montessori utiliza materiales concretos para facilitar y potenciar la construcción del pensamiento abstracto. A través de la exploración y la manipulación de materiales sensoriales, los niños pueden expresarse y explorar conceptos lógicos y matemáticos de manera autónoma. La creatividad es impulsada por el respeto y la libertad que se fomentan en Montessori, permitiendo que los niños desarrollen su potencial creativo de manera natural y sostenible.
Mito 7: Montessori solo se trata de diversión y juegos y no hay exámenes ¿para que van a aprender los niños?
En Montessori, los niños aprenden a través de la experiencia y la práctica. Los exámenes y las calificaciones no garantizan el aprendizaje. En cambio, la observación del niño y su evolución proporcionan una visión clara de su progreso, el que se registra utilizando herramientas como Transparent Classroom. Los niños se divierten y se comunican con otros a través del trabajo en el aula, y aprenden muchas habilidades prácticas.
Mito 8: Montessori no permite el juego y desalienta el trabajo en equipo
En Montessori, se considera que el juego es el trabajo del niño y se fomenta su curiosidad y exploración del entorno a través de la manipulación de materiales deseados a su propio ritmo. Los niños tienen la libertad de trabajar solos o en grupos, y se les permite contribuir significativamente al bienestar de la comunidad escolar. Los niños en Montessori a menudo describen sentimientos de satisfacción y felicidad al completar tareas que se considerarían «juego» en un entorno tradicional.
Mito 9: Las escuelas Montessori y Waldorf son lo mismo
Aunque existen similitudes entre los métodos Montessori y Waldorf, no son intercambiables. Ambos métodos enfatizan la educación integral del niño y respetan a los niños como individuos, pero sus enfoques son distintos. Mientras que las escuelas Waldorf posponen la educación en matemáticas, escritura y lectura hasta después de los siete años, la educación Montessori se desarrolla siguiendo el método científico y centrándose en el desarrollo integral del niño a través de la libertad, el respeto y la experiencia práctica.
Conclusión
En conclusión, es crucial desmentir los mitos sobre la educación Montessori y comprender su verdadera esencia. La educación Montessori ha demostrado ser efectiva y relevante a lo largo del tiempo, y su enfoque en el aprendizaje a través de la experiencia y la práctica ayuda a los niños a desarrollar habilidades y conocimientos importantes. Es fundamental que las familias interesadas investiguen y se aseguren de que están eligiendo una escuela auténticamente Montessori con maestros capacitados para garantizar una educación de calidad.